El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, ha impuesto sanciones a la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner y al exministro Julio de Vido, acusándolos de participar en actos significativos de corrupción durante sus mandatos. Estas sanciones incluyen la prohibición de ingreso a territorio estadounidense tanto para los exfuncionarios como para sus familiares directos. El secretario de Estado, Marco Rubio, afirmó que ambos se beneficiaron de múltiples esquemas de soborno relacionados con contratos de obras públicas, desviando millones de dólares del erario argentino.
El presidente Javier Milei respaldó la decisión de Estados Unidos, compartiendo el comunicado oficial en sus redes sociales. Por su parte, Cristina Fernández respondió críticamente a la medida, sugiriendo que Milei pudo haber influido en la decisión y cuestionando las motivaciones detrás de la sanción. Cabe recordar que Fernández enfrenta una condena por irregularidades en la adjudicación de obras públicas y está implicada en otros procesos judiciales pendientes.
Estas sanciones se suman a peticiones previas de congresistas republicanos durante la administración de Joe Biden, reflejando una creciente presión internacional sobre figuras políticas argentinas involucradas en casos de corrupción. La medida también pone de manifiesto las tensiones políticas internas y la polarización en torno a la figura de Fernández de Kirchner en el escenario político argentino.
