Hace ya dos años, Marcelo Matzkin presentó con bombos y platillos un plan para habilitar comercios en 48 horas. Lo hizo acompañado por el intendente de San Nicolás, Manuel Passaglia, asegurando que Zárate iba a seguir ese modelo exitoso. La propuesta buscaba dar una respuesta rápida a los emprendedores y comerciantes de la ciudad.
Sin embargo, a más de dos años de aquel anuncio, la realidad es muy distinta. No existen registros ni estadísticas que confirmen que el municipio haya implementado ese sistema. Los trámites siguen siendo burocráticos, lentos y engorrosos, y los comerciantes continúan enfrentando las mismas trabas de siempre.
El contraste entre el discurso de campaña y la gestión cotidiana es evidente. Lo que se presentó como un “cambio histórico” para fomentar la actividad económica quedó en una promesa vacía que nunca se cumplió. Mientras tanto, Zárate pierde oportunidades de desarrollo y sus comerciantes siguen esperando respuestas.
La falta de resultados en este tema deja en claro que, más allá de las fotos y los anuncios, la gestión de Matzkin no estuvo a la altura de lo que prometió. El compromiso de habilitar comercios en 48 horas fue otra ilusión vendida a los vecinos, que hoy sienten en carne propia el peso de una administración que no cumple.
Las promesas incumplidas no son un error menor: significan comercios que no abren, emprendedores que se cansan de la burocracia y una ciudad que retrocede. Matzkin no sólo no cumplió su palabra, sino que volvió a engañar a los zarateños con otra mentira de campaña que jamás se transformó en hechos.
