Hoy volvió a llover en Zárate y, aunque no se registraron inundaciones graves (como hace un par de meses atrás), la situación alcanzó para que una vez más quedarán expuestas las falencias estructurales de la ciudad. Calles deterioradas, desagües colapsados y barrios sin mantenimiento evidencian que los problemas de fondo nunca fueron resueltos.
A meses de la última gran tormenta que dejó a vecinos bajo el agua, la gestión municipal no ejecutó obras de infraestructura ni presentó un plan para evitar que los daños se repitan. Lo que en su momento fue una advertencia clara se transformó en otra muestra de desinterés y falta de acción.
En los barrios más golpeados, las familias aseguran que cada nueva lluvia se convierte en una amenaza latente. Zanjones desbordados, calles anegadas y el deterioro de las viviendas muestran que la ciudad sigue expuesta. El abandono oficial quedó al descubierto: sin obras, sin respuestas y con la misma lógica de responsabilizar a los vecinos.

El problema no es el clima, sino la inacción de un municipio que se limita a dar excusas en lugar de soluciones. Cada lluvia, por más leve que sea, funciona como un recordatorio de que Zárate sigue en manos de una gestión incapaz de dar respuestas a problemas previsibles y urgentes.

Consultada sobre el tema, la candidata a concejal Silvina Román señaló: “Los vecinos viven con miedo cada vez que llueve porque saben que el municipio no hizo nada para resolver el problema. No se trata de tormentas, se trata de abandono. Y ese abandono tiene responsables que no pueden seguir escondiéndose detrás de excusas” afirmó.






