El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó un multitudinario acto en La Matanza, donde marcó una clara distancia con el presidente Javier Milei, a quien acusó de «gobernar desde las redes sociales» y no recorrer los barrios bonaerenses. Kicillof, acompañado por referentes de Fuerza Patria y el peronismo local, llamó a construir una «gran unidad» para frenar las políticas de ajuste del gobierno nacional en las próximas elecciones legislativas.
El evento, que reunió a intendentes y militantes, sirvió como puntapié inicial de la campaña en el principal distrito electoral del país. En respuesta, La Libertad Avanza intensificó su estrategia en la provincia con una campaña agresiva que incluye carteles y mensajes en redes sociales comparando a figuras kirchneristas con «zombies del pasado». Esta táctica busca captar el voto joven y de sectores desencantados con el peronismo, aunque arriesga alienar a votantes moderados. Kicillof, por su parte, defendió su gestión destacando la inversión en infraestructura escolar y salud, y prometió medidas para aliviar el impacto de la inflación en los sectores populares.
La provincia de Buenos Aires, con el 37% del padrón electoral, será un campo de batalla clave en octubre. La polarización entre Kicillof y Milei refleja no solo una disputa ideológica, sino también una lucha por el control político de un territorio históricamente dominado por el peronismo. Los analistas advierten que el resultado en Buenos Aires podría definir el equilibrio de poder en el Congreso y marcar el rumbo del gobierno de Milei en la segunda mitad de su mandato.
