Mientras gran parte del país discute entre banderas partidarias, slogans virales y promesas de “todo o nada”, La Rioja avanza con un plan sostenido de inversión pública que prioriza lo concreto: cloacas, viviendas, salud, rutas y educación.
Lejos del ruido político que domina la agenda nacional, la provincia muestra señales claras de gestión territorial. Esta semana se entregaron 32 viviendas en el barrio Nueva Esperanza, se inauguró un nuevo centro de salud en el interior, y se asfaltaron 18 cuadras en la zona sur de Capital.
“Podrán decir muchas cosas, pero lo real es que seguimos construyendo. No nos guiamos por relatos, trabajamos sobre el piso que pisa la gente”, expresó un funcionario del área de Infraestructura. Y agregó: “La obra pública no es gasto. Es inversión que queda, que se ve y que mejora la vida”.
En paralelo, se firmaron convenios para garantizar el avance de obras escolares y centros de primera infancia en Chamical y Chilecito.
Este tipo de acciones contrastan con un clima nacional donde la palabra “Estado” se demoniza, los subsidios se recortan, y las provincias son tratadas como “gasto”. Frente a eso, desde La Rioja se impulsa un modelo distinto: ni épica ideológica, ni motosierra destructiva. Solo obra real.
En tiempos donde la política nacional gira en eslóganes y polarización, la consigna parece ser otra:Federales, defendamos La Rioja.






